martes, 14 de febrero de 2017

¿Cómo pasan la noche del día del amor los trabajadores de un hospital?

Nunca fue mi intención averiguarlo, pero por cosas de la vida me enteré igual. Hace exactamente dos años, cuando estaba hospitalizada en la zona zanahorias (vegetales) del lugar (perdón. La broma es mala e inadecuada. Pero se me ocurrió).

En partes como estas, la noche no es descanso ni nada ni cercano. Los paramédicos, médicos enfermer@s y auxiliares se la pasan haciendo procedimientos, partiendo remedios, contando los que le quedan, mirando monitores, prendiendo luces, hablando fuerte...

Y lo de esa noche en particular.

Fue loco porque, a pesar de que yo estaba allí (en la zona previa al funeral), ya tenía la fuerza suficiente para escuchar lo que pasaba alrededor y entenderlo. Creo que ellos -ese grupo de personal de aquella noche- juraban que estábamos todos desenchufados y no cachábamos niuna.

Y así fue como escuché todo el día -y en la noche en particular- las preguntas y respuestas sobre "el día del amor".

Las más románticas fueron por lejos las mujeres. Andaban raras, chinchosas, amorosas, riéndose solas, con la voz más aguda y hablando más rápido. Entre ellas hablaban sobre el día de los enamorados y les echaban tallas a los pocos hombres que estaban en el turno esa noche. Incluso una de ellas, que era súper seria, estaba tan radiante y prendida esa noche, que me soprendió por lo lanzada que andaba.

Le preguntaron al doc si había hecho algún regalo ese día (creo que respondió que no, ese doc era el tipo más lacónico y cara de pocos amigos que he visto en ese rubro en mi vida). Le preguntaron al paramédico lo mismo, entre risitas nerviosas. Después pidieron escuchar música romántica (sí pues, si incluso en la noche se dan esos lujitos entre los enfermos más graves), y hasta recuerdo que cantaron y dedicaron canciones.

En mi estado, todo esto me entretuvo (no puedo negarlo, saqué mis conclusiones sobre quién le había puesto el ojo al doctor ese), pero las encontré tan de niñas chicas... no sé. Quizás era mi rabia de no poder estar con mi familia ese día, esa noche. Y lo impotente que estaba física, mental y emocionalmente.

Chinchosas esas.




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