Es triste y lamentable, pero es casi una ley de la vida. El vivir a saltos, poner cariños a prueba, y casi no sorprenderse de nada. Además de observar los clásicos patrones de conducta, aquello de la frase:
"Si se viste como mafioso, habla como mafioso y trata como mafioso, ES mafioso".
o ese que dice:
"Es un lobo con piel de oveja".
y aquella otra frase que dice:
"Una mariposa no hace verano".
La luz de los hechos que ocurrieron me predispusieron para pensar lo peor para el presente y el futuro. Lo dije, y también que eso no estaba dispuesto a vivirlo más, mira que no vine a ser mártir a esta vida.
Y sí, me siento más empoderada. Sé que puedo defenderme, a pesar de los malos modos que a veces uso y de lo explosivo de mi carácter naturalmente rebelde a las "obligaciones".
No sé que pasará mañana, espero que los cambios que han ocurrido estos días sean un buen augurio y no un "veranito de San Juan".
No nací para sufrir.
Y, como dice el dicho, "es mejor estar sola que mal acompañada".
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