domingo, 9 de abril de 2017

Mi tiempo no existe

Hoy sólo tengo cortos y escasos momentos de lo que la gente llama "tiempo libre". Entre el trabajo formal, los proyectos de trabajo y mi familia, con suerte puedo dormir o dedicarme un tiempo semana por medio a pintarme las uñas.

Y amo escribir, amo expresar lo que pienso y siento... pero no puedo...

Así que debo resignarme a desaparecer, escribir cuando pueda -o tenga energías- y el resto del tiempo, sólo hacer y hacer cosas.

Hasta cuando la locura baje. Y mi familia deje de demandarme.

jueves, 9 de marzo de 2017

El mal rato gratis que pasé por un grupo de gente rota (Academia de D.W.)

Empezó el año laboral, y se acabó el tiempo incluso para sentirse triste...


Me han pasado muchas cosas estos días. Buenas y malas. Las malas, fomes como cuando era niña...

La voy a contar.

Estaba en mi curso de joyería, había regresado y era la primera clase que la profesora daba luego de sus vacaciones. Como siempre, llegaron estudiantes nuevos. Nada malo.

Pero.

Estos estudiantes, se conocían entre ellos, hace rato. Habían estudiado juntos en otra academia de joyería, de la que al parecer se habían desencantado. Y yo fui la única del grupo antiguo en ir a esta primera clase. Así que ellos tuvieron el espacio y la ocasión para sentirse a sus anchas. Se hablaban y trataban como si fueran los únicos presentes, en este espacio que recién estaban conociendo. Se creían en una situación de poder, y lo disfrutaban.

Entonces fue cuando se acordaron de que yo estaba allí (ya me sentía incómoda por su forma de actuar tan distinta a la mía). Una de ellas me habla mientras yo estaba sentada de espaldas trabajando... me dice cualquier nombre (la corrijo), y me dice: "nosotros somos un poco ruidosos" (desubicados más que ruidosos pensé yo).

Entonces vino lo peor. Empezaron a hablar entre ellos como si yo hubiera desaparecido, diciéndose "mmm ella capaz que no venga más los miércoles a clases... síii seguramente la otra clase no viene..." (no podía creer lo que escuchaba, a sabiendas de que eran desubicados creían que yo tenía que dejarles su espacio e irme).

No quise decir nada, porque en verdad su forma de actuar era demasiado desafiante para mí. Y como era mi primer día de trabajo, decidí irme antes a casa. Tomé mis cosas, me despedí de la profe y me fui, sin decir ni mirar a esta tropa de irrespetuosos.

La clase siguiente, entré sin saludar tampoco y me puse a trabajar. Sólo que esta vez volvieron mis antiguos compañeros, y todo volvió a la normalidad.

Al menos hice algo.

Odio a las personas prepotentes. Rotos de mierda, ya me cargaste academia de Daniel W.


lunes, 27 de febrero de 2017

La gran tristeza

Y luego de volver de vacaciones, sigo igual o más cansada.

Pasé momentos complicados. Y es extraño, porque en un lugar tan hermoso como el que fui, donde todo debiera ser alegría y buen humor, parece que se notan más los sentimientos de tristeza.

No conocí a nadie especial. No viví nada emocionante.

Sigo triste.