martes, 30 de diciembre de 2014

Una costumbre de antaño que me daba vergüenza y aún me cohibe...

Recuerdo cuando era niña y venían visitas a casa. Casi siempre eran los tíos, primos, o antiguos amigos de la familia. A veces avisaban su llegada, pero a veces simplemente mirabas por la ventana y te los encontrabas de rompe y raja.

Me cargaba ser la primera, la que abre la puerta y dice Hola! Además porque cuando era adolescente siempre me amenazaban con acusarme de tal o cual cosa, osea dejarme mal delante de personas que si bien eran familia, no tenía la confianza.

Así que regularmente escapaba. Me iba a mi pieza, o al patio, muchas veces corriendo, para no ser yo la persona que abriera la puerta.

Estos días me di cuenta que me sigue cargando ser la primera en abrir la puerta, que hago como que tengo que ir al baño, me voy a mirar si estoy bien peinada, o cualquier cosa, con tal de no ser yo.

Será que hay cosas que nunca cambian?

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